CUARTO ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JUAN PABLO II


Benedicto XVI manifestó ayer que reza personalmente por la beatificación de Juan Pablo II, cuyo proceso está en manos de la Congregación para las Causas de los Santos. En su saludo a los peregrinos polacos durante la audiencia general, el Papa les recordó que hoy se celebra el cuarto aniversario del fallecimiento y les confirmó estar al corriente «de que habéis llegado en gran número para visitar su tumba». El Santo Padre provocó un aplauso entusiasta al añadir que «junto con vosotros, pido en mis oraciones la gracia de su beatificación».
Benedicto XVI dispensó ya en mayo de 2005 del plazo de cinco años requerido entre la muerte y el inicio de la causa de beatificación. Esa dispensa permitió que la diócesis de Roma pudiese terminar el proceso diocesano en 2007 y que el postulador de la causa pudiese entregar al Vaticano en noviembre de 2008 la denominada «positio», un detallado documento sobre la vida, la actividad y las enseñanzas del candidato a los altares.
El documento está siendo estudiado desde entonces por los expertos consultores teológicos de la Congregación para las Causas de los Santos. Una vez supere este examen, pasará al plenario de cardenales y obispos quienes, a su vez, propondrán al Papa la declaración de «venerable».
Curación extraordinaria
En una vía paralela, los expertos médicos de la Congregación están estudiando la curación extraordinaria de una religiosa francesa que trabajaba en una maternidad y se curó repentinamente de un Parkinson la noche del fallecimiento de Juan Pablo II. El caso pasara a una comisión de teólogos y después a la de cardenales, quienes propondrán al Papa declararlo milagro, requisito para la beatificación.
El arzobispo Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, manifestó que «tratándose de un Papa tan conocido y amado, tenemos que proceder con gran precisión metodológica y de contenido, en el respeto a las procedimientos previstos». La devoción privada a Juan Pablo II es muy intensa en el Vaticano donde buena parte de los altos cargos le rezan como si hubiese sido ya elevado a los altares. El grito de «Santo, ¡ya!» que resonó en las calles de Roma hace cuatro años conserva toda su fuerza aunque en el Vaticano se acepte que hay que respetar las reglas, sobre todo pensando en el juicio de la historia. El Papa celebrará hoy una misa de cuarto aniversario rodeado de millares de jóvenes, con quienes revivirá aquellos momentos emocionantes que fueron las últimas horas de Juan Pablo, cuando la plaza de San Pedro estaba llena de jóvenes que rezaban y lloraban mirando hacia el apartamento del Papa mientras caía la noche, perdidas ya todas las esperanzas.
Una delegación de 4.400 jóvenes, encabezada por el cardenal Rouco Varela y el delegado del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal, José Ignacio Munilla, asistirá también a esta solemne Eucaristía, en el marco de la peregrinación que realizan a Roma con el fin de recibir, el Domingo de Ramos, la cruz y el ícono de las Jornadas Mundiales de la Juventud, de manos del Papa.

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http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Pablo_II