Nueve de Julio (Buenos Aires), 02 de Abril de 2009


“Por la unción se expresa , es preciso reiterarlo siempre, la identidad profunda del cristiano, que es vivir como Cristo, hacer presente a Cristo, dejarse transformar por Cristo. El efecto espiritual de la unción sacramental nos conduce a ello, si abrimos nuestro corazón, si permitimos que la gracia llegue a nuestro interior, si aceptamos que su presencia sea la que defina y oriente nuestra vida”, expresó el obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB, en la misa Crismal que presidió ayer por la tarde en la catedral diocesana. El prelado utilizó para su reflexión el mensaje que el Papa dirigió a los obispos argentinos en su visita ad límina, y destacó lo referido a los sacerdotes debido a que se trataba de una “ocasión eclesial”, en que los miembros del presbiterio diocesano renovaron juntos sus compromisos sacerdotales en la presencia del obispo y de la comunidad de fieles. “Tenemos la certeza que procede de la fe, que una entrega mayor a Cristo y la identificación con Él es la condición de un servicio verdaderamente inspirado en el modelo, que es el Señor Buen Pastor. Y por eso mismo, los defectos en la disposición espiritual con que abrazamos e intentamos cumplir el ministerio sacerdotal, repercuten negativamente, y son muchas veces causa de división y de alejamiento de nuestros hermanos”, advirtió el obispo. Después de agradecer a todos los sacerdotes que ejercieron y ejercen su ministerio en la diócesis, monseñor Elizalde subrayó sin embargo la necesidad de “insistir en la plegaria por las vocaciones sacerdotales, ya que sin los sacerdotes, no se predicaría el Evangelio ni se ofrecería la Eucaristía, no podríamos bautizar a los niños ni instruirlos en la fe, no tendríamos la posibilidad de acompañar a los que sufren, moral y físicamente, para mostrarles el camino que conduce a Dios”. “Y esta oración -agregó- tiene que estar acompañada en las familias cristianas con la convicción de la hermosura del don de la llamada, para honrar a Dios y procurar el bien de los hermanos, de modo que en cada hogar se reconozca la dignidad de la vocación sacerdotal y se la proponga con respeto y con alegría a los jóvenes”.

Por último, al recordar que el Papa estableció que se celebre un Año sacerdotal que comenzará el 19 de junio, señaló: “Nuestra participación en la Eucaristía de esta tarde, con la renovación de las promesas sacerdotales, nos introduce en la participación orante, cordial, en este Año, que no es solamente un jubileo que mira al pasado ni la ocasión para honrar personas que están entre nosotros, sino la expresión de nuestra comunión. Para los sacerdotes, invitándonos a renovarnos en la fidelidad de Cristo, que deseamos hacer nuestra para ofrecernos como Él por los hermanos; para todos los bautizados, que aprecien desde la fe lo que significa el sacerdocio, uniéndose en la plegaria por los que han recibido el llamado, para que sean siempre generosamente fieles, y acompañando con su aprecio y colaboración la presencia testimonial y la acción misionera de la Iglesia”.+
Monseñor Martin Elizalde. obispo de 9 de Julio.
FUENTE: AICA